«TRANSREALIDADES»

EL VESTIDO PROHIBIDO El teatro, ese registro popular objeto de consumo y a su vez medio de creación, resuelve a menudo sus contradicciones en el terreno de la documentación y archivo emocional. «Ver» es un acto mental.

El teatro acompaña la mirada mucho más lejos como «exploradora» de la realidad y diversidad arraigadas a «éste», nuestro mundo. Diversidades que son riquezas pero que generan tantas injusticias y dificultades en individual y singular. El «modo de percepción» que poseen las sociedades humanas se transforma al mismo tiempo que sus modos de supervivencia. A través de los álbumes fotográficos reunidos por Camilo Vásquez, descubrimos la existencia de voces barridas por la vergüenza humana. Mujeres inconvenientes que dan testimonio real en primera persona -y que desempeñan su propio papel- dentro del deber de informar a la sociedad.

Parece anacrónico hablar de tolerancia en el contexto actual, concepto no muy alejado de la mayoría de los conflictos LGTB acontecidos en los últimos meses y que han visto cómo resurgía la intransigencia en democrática locura, interpretándose en el odio y borrando todo atisbo de equilibrios más o menos frágiles.

TRANSREALIDADES es un arma de doble filo porque, el teatro, contrariamente al flujo continuado y plano de las imágenes de la televisión, posee esa cadencia que obliga a mirar y que en ocasiones altera esa imagen y la convierte en un icono que representa todos esos niveles de alta comprensión, desde el mismo guión, hasta las emociones de sentimientos compartidos. Una invitación a modificar las leyes de integridad -y rectificar- para convertir en real lo que a la luz del día resulta insoportable para la transexualidad.

En TRANSREALIDADES se logra transformar la transfobia en arte. En esta obra documental no existen las ironías, no son necesarias las excusas, no hay dobles discursos. TRANSREALIDADES nos regala una lúcida capacidad de observación, acercándonos una vez más al disparate humano, con una visión del universo trans femenino difícil de olvidar y/o sentir en la propia piel. Como bien señala MªAlejandra Huertas, una de las actrices de este proyecto, «es tratar de ponerse, por un instante, en los zapatos del otro».

Ángela Flórez, Inca Princess, Nayra Sánchez y MªAlejandra se convierten en creadoras de esperanzas, haciéndonos vivir la realidad de otro modo porque la reinventan cada día a partir de sus acciones cotidianas. Su magia consiste en transformar todo en un vestido de estreno, aunque prohibido por la sociedad. Camilo Vásquez nos invita a profundizar en universos cotidianos que no vivimos y que otras habitan, si acaso, contemplándolos de lejos. El miedo a volar con absoluta libertad, adentrarse en un mundo pleno de sueños por cumplir, vidas de mujeres sin infancia… Porque la vida son sueños para llegar a SER (pero también, pesadillas).

Si de universos oníricos hablamos, TRANSREALIDADES es un pequeño planeta que brilla con luz propia en la escena: posesía, música y hasta pinturas, forman parte del «emocionario» sentimental de la identidad de género, en algo menos de noventa minutos. La vida es ilusión, por qué no!. Paisajes a través de esta ventana escénica llena de logros y fracasos personales coleccionados a lo largo de años, quizás con pocos cambios, los propios, de la transexualidad. Aquellos en los que se dejan huellas como si de pequeños objetos o recuerdos se tratasen.

TRANSREALIDADES es una  historia visual que está viva y crece delante de nuestra mirada ausente con la fuerza de un milagro o una catástrofe, desconfiando de la memoria, mientras se disponen futuros. La matemática del espejo: dos y dos son cuatro, los puntos de referencia, las reglas que ejecutan el juego y el credo anatematizador que proscribe lo inconmensurable del ser humano. La belleza del azar, el poder de la honestidad o en definitiva… la búsqueda de identidad personal.

TRANSREALIDADES es un regalo para las emociones y la obra escénica. A menos de tres metros de distancia, la identidad trans se puede tocar, sentir y hasta arañar el alma, marcando el género como parte del mensaje dentro del rol construido en la performance de la propia vida, tal cual sucede. Mientras que la ambigüedad en el más estricto sentido de la palabra ha formado parte de la tradición teatral y cinematográfica, TRANSREALIDADES se acerca a la mezcla de géneros y sexos sin superficialidad, hasta el punto en que, ser transgénero, da forma inalterable a este espectáculo diferencial, con absoluta legitimidad.

Si das esperanza, obtienes esperanza. La vida es ilusión y existen bellas ilusiones. Y es que, mientras «se va», no se es: hay un momento en el centro, en el que uno se re-encuentra consigo mismo. Y ese momento, indudablemente es maravilloso. TRANSREALIDADES toma la palabra por la legitimidad del ser, de la libertad de ser, que denuncia la intolerancia gratuita y abraza la diferencia, dando apariencia a la sensibilidad, de formas diversas.

TRANSREALIDADES: «seres» de primera.

Clicar en la imagen para acceder a la entrevista completa publicada en EGF and the CITY (número 11 – Dic. 2014)